
En cualquier empresa, cerrar un acuerdo no solo depende de tu propuesta: también de cómo te presentas. La etiqueta en una negociación habla por ti antes de que digas una sola palabra. A continuación, te comparto los tips clave que harán tu negociación más sólida, confiable… y exitosa.
Llega a tiempo: el respeto empieza con puntualidad
Estar unos minutos antes muestra responsabilidad y respeto por el tiempo del otro. Esa pequeña ventaja da inicio positivo al encuentro.
El saludo importa: firmeza, mirada y gestos abiertos
Ofrece un apretón de manos firme (pero sin apretar demasiado), con palma a palma y contacto visual. Esto transmite confianza y seriedad. Espera a que el anfitrión extienda la mano primero; es sinónimo de respeto.
Evita salir con las manos en los bolsillos: reduce tu apertura y proyecta inseguridad —parece que no quieres participar o estás a la defensiva—.
Lenguaje corporal: habla sin hablar
Deja las manos visibles, sobre la mesa o gesteando con naturalidad. Mostrar las palmas dice honestidad; cerrarlas o cruzar los brazos puede parecer rechazo o tensión.
Inclina ligeramente la cabeza cuando el otro habla: indicas interés real.
Escucha activa y comunicación respetuosa
No interrumpas. Escucha, asiente y responde retomando lo que dijeron: “entiendo lo que compartes…” Eso crea empatía y apertura.
Habla con calma y respeto, sin tonos confrontativos. Controlar tus emociones te da ventaja y claridad estratégica.
Cierre con impacto: el último apretón, la última impresión
Termina como empezaste: nuevamente con un apretón firme y mirada clara. Una frase como “Gracias por tu tiempo, quedamos en contacto” cierra con elegancia y deja la puerta abierta.
El apretón no es solo un gesto: estudios indican que ayuda a fomentar colaboración y cerrar mejores acuerdos.
Al final todo se trata de que te veas seguro, auténtico y buen conversador. Todo es transmitir respeto, atención y profesionalismo, porque si proyectas que sabes de lo tuyo y que eres agradable hacerlo, la negociación tiene medio camino ganado.