
En el entorno administrativo, los conflictos son habituales: retrasos en entregas, malentendidos con proveedores o tensiones internas. La clave no es evitar el conflicto, sino manejarlo eficazmente sin dañar las relaciones ni tu rol como líder.
El Método de Negociación de Harvard (Getting to Yes) propone el principio de “separar a las personas del problema”, lo que implica enfrentar la situación sin desacreditar o cuestionar a la persona.
¿Por qué es tan importante?
- Controlas emociones y percepciones, evitando malentendidos y fricciones .
- Preservas la confianza y autoridad, al dar espacio para expresar emociones sin ceder poder.
- Mejoras la comunicación, fluyendo hacia una cultura colaborativa.
5 técnicas para aplicar ya
1. Escucha activa con empatía
Antes de intervenir, pregunta:
“¿Cómo ves tú la situación?”
Esto fortalece tu autoridad moral y abre un canal sincero de diálogo .
2. Reenfoca en hechos concretos
En lugar de:
“Siempre entregas tarde”
Usa:
“El informe llegó con dos días de retraso en el último ciclo”
Lo objetivo evita ataques personales.
3. Utiliza lenguaje inclusivo
En vez de “tú tienes que…” pregunta:
“¿Cómo podemos juntos evitar este retraso a futuro?”
Invitas a colaborar, no a acusar .
4. Pausa estratégica para reducir tensión
Si una discusión se exacerba, respira, haz pausa y reagenda con enfoque más centrado. Liderar la calma refuerza tu posicionamiento.
5. Mantén el respeto con reconocimiento
Frases como:
“Valoro tu esfuerzo, vamos a ajustar este tema…”
restablecen confianza y mantienen una relación férrea.
Potencia tu liderazgo con tecnología
- Slack o Teams: centraliza acuerdos y responsabilidades sin personalizar mensajes.
- Otter.ai o Notta: registra las juntas y destaca compromisos, no quién los dijo.
- Google Sheets o Monday.com: visualiza progreso y pendientes en tiempo real, objetivos claros sin personalizar tensión.
Beneficios esperados
- Reducción de conflictos personales en equipos.
- Mayor claridad y objetividad en la gestión.
- Mejor clima laboral, donde se elimina el viejo patrón de agravios.
- Autoridad respetada, consolidada a través de confianza y profesionalismo.
Separar el problema de la persona no es un acto de debilidad, sino una muestra de inteligencia emocional y liderazgo moderno. Te permite resolver tensiones sin sacrificar tu rol, mantener relaciones productivas y dirigir con impacto. El Método Harvard facilita esta transformación.
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